EROTIZAR LA VIDA.
Descentralizar el coito del placer genital.
Reconstruir el coito como cópula.
Airear el sexo guardado en los genitales.
Honrar, sin embargo, tus genitales como una parte aceptada de tu cuerpo aceptado.
Desdramatizar los asuntos sexuales sin banalizarlos.
Aprender a jugar y aprender la importancia del juego.
Hacer el amor siempre que al menos dos personas quieran.
No hacer el amor cuando es otra cosa lo que se quiere hacer.
Hacerlo siempre con, nunca contra.
Separar el sexo de la procreación, pero también de la machada y de la resignación, de la agresividad, la competencia o la compensación de agravios.
Saber "técnicas sexuales", pero haberlas olvidado como se olvidan los libros que se aprenden bien.
No hacer de la masturbación un sucedáneo del intercambio.
No hacer del intercambio un sucedáneo de la masturbación.
Dinamitar la edad, el tiempo usurpado por el patriarca.
Hacer en la cama un lugar al humor y a la ternura.
Probar a hacer el amor para conocerse, pero también probar a conocerse para hacer el amor.
Olvidar para siempre las inhibiciones, los records.
No ser indiferente al acostarse o no, sin angustiarse por ello.
Inventar por el camino un nuevo lenguaje para hablar de esto llanamente, sin la alternancia de la pomposidad y la burla.
(Ilustración: Ricardo Carpani)
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