LA INSPIRACIÓN y LA EXPIRACIÓN POÉTICAS
Adán
... Pues bien ¡yo he mirado en el fondo de mí mismo ! Voy
a revelarles el secreto de la inspiración
y la expiración poéticas... ¡Nada más que eso!. Los que sean capaces de
dar el salto analógico, que lo den. ¡Yo me lavo las manos! Y... si no fuese ...
por el vino, ¡ni esto!...
Veamos el primer tiempo: el de la Inspiración poética....
En un momento dado, ya sea porque recibe un soplo divino, ya porque, ante la
hermosura creada, siente despertar en sí una entrañable reminiscencia de la
hermosura infinita, el poeta se ve asaltado por una ola musical que lo invade
todo, hasta la plenitud, a semejanza del aire que llena los pulmones en el
movimiento respiratorio... Es una
plenitud armoniosa, verdaderamente inefable, superior a toda música... En esa
plenitud armoniosa que adquiere el poeta durante su inspiración, yo diría que
resuenan a la vez todas las músicas
posibles; resuenan todas ya, y ninguna todavía, en cierta unidad extraña que
hace de todas una y de una todas las canciones posibles, y en cierto "presente" de la música
por el cual una canción no excluye a la
otra en el orden del tiempo, porque todas hacen una sola canción inefable...
Pereda
¡Eso es el caos!
Adán
¿Quién te lo ha dicho? ¡Es el caos, justamente! Así como
en el caos primitivo, antes de la creación, todas las cosas estaban, sin
diferenciarse ni combatirse, así están todas las canciones juntas en el caos
musical de la inspiración poética. ..
Schultze
¿A qué no saben lo que significa, etimológicamente, la
palabra "Caos"?
...
El vacío del bostezo.
...
Adán
¡Notable! ¡El bostezo es una inspiración profunda!´... Y
ahora recuerdo que la inspiración
poética viene acompañada en mí de una inspiración física muy honda.
Schultze
Así es. El caos es la concentración y el sueño de todas
las cosas que todavía no quieren manifestarse. ¿Y después?
Adán
Después llega el segundo tiempo, la expiración poética,
¡la gran caída!...
Pereda
¿Por qué una caída?
¿Por qué una caída?
Adán
Fíjense ustedes. El poeta, como he dicho, está gozando de una inspiración en la cual saborea toda la plenitud de la música. De pronto, un movimiento íntimo -necesidad o deber- lo induce irresistiblemente a manifestar o expresar, en cierto modo, aquel inefable caos de música. Y entonces, entre las posibilidades infnitas que lo integran, elige una y le da forma, con lo cual excluye a las otras posibilidades y baja de la inspiración a la creación, de lo infinito a lo finito, de la inmovilidad al suceder. Así nacerá un poema, otro luego, veinte, cientos. Y así caerá el poeta en la multiplicidd de sus cantos, afanándose inútilmente por manifestar, con lo múltiple, aquella unidad, y con lo finito, aquella infinitud que lleva en sí durante su inspiración. ¡Es la primera caída!
Fíjense ustedes. El poeta, como he dicho, está gozando de una inspiración en la cual saborea toda la plenitud de la música. De pronto, un movimiento íntimo -necesidad o deber- lo induce irresistiblemente a manifestar o expresar, en cierto modo, aquel inefable caos de música. Y entonces, entre las posibilidades infnitas que lo integran, elige una y le da forma, con lo cual excluye a las otras posibilidades y baja de la inspiración a la creación, de lo infinito a lo finito, de la inmovilidad al suceder. Así nacerá un poema, otro luego, veinte, cientos. Y así caerá el poeta en la multiplicidd de sus cantos, afanándose inútilmente por manifestar, con lo múltiple, aquella unidad, y con lo finito, aquella infinitud que lleva en sí durante su inspiración. ¡Es la primera caída!
Pereda
¿Cómo? ¿Hay otras?
¿Cómo? ¿Hay otras?
Adán
Son dos caídas. El poeta, como has visto, cae primeramente al elegir una entre la infinidad de formas posibles que pueda asumir su canto. Pero aún se trata de una creación ad intra, de una creación interna, con toda la amplitud que le confiere todavía su espiritualidad y su inmaterialidad. Luego viene la creación ad extra, y esa forma que ha elegido el artista en la intimidad de su alma sale al exterior para encarnarse en una materia, el idioma, que a su vez le impondrá nuevos límites. A este otro tiempo de la creación poética le llamo yo "segunda caída".
Son dos caídas. El poeta, como has visto, cae primeramente al elegir una entre la infinidad de formas posibles que pueda asumir su canto. Pero aún se trata de una creación ad intra, de una creación interna, con toda la amplitud que le confiere todavía su espiritualidad y su inmaterialidad. Luego viene la creación ad extra, y esa forma que ha elegido el artista en la intimidad de su alma sale al exterior para encarnarse en una materia, el idioma, que a su vez le impondrá nuevos límites. A este otro tiempo de la creación poética le llamo yo "segunda caída".
Pereda
Sí, esto último está claro.
Sí, esto último está claro.
Schultze
¡Hum! ¿Nos habla de una caída en el sentido del "pecado"?
¡Hum! ¿Nos habla de una caída en el sentido del "pecado"?
Adán
No. Quiero significar un descenso que la necesidad creadora impone al artista: un descenso sin el cual no sería él un creador, precisamente, sino un contemplador.
No. Quiero significar un descenso que la necesidad creadora impone al artista: un descenso sin el cual no sería él un creador, precisamente, sino un contemplador.
Schultze
Pero usted nos habló recién de alguna correspondencia entre la creación del artífice y la creación divina. ¡Cuidado! ¿Habrá que suponer en Dios una necesidad y un descenso parecidos?
Pero usted nos habló recién de alguna correspondencia entre la creación del artífice y la creación divina. ¡Cuidado! ¿Habrá que suponer en Dios una necesidad y un descenso parecidos?
Adán
Dios... es el principio inmóvil: ni desciende ni asciende. Es el Omniperfecto: está libre de necesidades.
Dios... es el principio inmóvil: ni desciende ni asciende. Es el Omniperfecto: está libre de necesidades.
Schultze
¿Y entonces?
¿Y entonces?
Adán
Es una perfección infinita, eterna y simple. De toda eternidad se conoce a sí mismo y se manifiesta en su Verbo Interior, que por ser una entrañable expresión de la divinidad participa de la esencia divina y hace uno con Dios. Y siendo así, ¿qué necesidad podría tener El de manifestarse luego por las criaturas exteriores?
Es una perfección infinita, eterna y simple. De toda eternidad se conoce a sí mismo y se manifiesta en su Verbo Interior, que por ser una entrañable expresión de la divinidad participa de la esencia divina y hace uno con Dios. Y siendo así, ¿qué necesidad podría tener El de manifestarse luego por las criaturas exteriores?
Schultze
Con todo, se ha manifestado.
Con todo, se ha manifestado.
Adán
No queda sino admitir un acto libre de su voluntad: creó porque quiso, cuando quiso y como quiso. Acto de amor le llaman los teólogos.
No queda sino admitir un acto libre de su voluntad: creó porque quiso, cuando quiso y como quiso. Acto de amor le llaman los teólogos.
Schultze
En cambio el poeta crea por necesidad. ¿No es cierto?
En cambio el poeta crea por necesidad. ¿No es cierto?
Adán
También el suyo es un acto de amor, pero no libre.
También el suyo es un acto de amor, pero no libre.
Schultze
¿Un acto de amor forzoso?
¿Un acto de amor forzoso?
Adán
Yo lo concibo así: toda criatura que ha recibido alguna perfección debe comunicarla, en cierto modo, a las criaturas inferiores. Es la económica ley de la caridad. Si yo les explicara el mecanismo del ángel...
Yo lo concibo así: toda criatura que ha recibido alguna perfección debe comunicarla, en cierto modo, a las criaturas inferiores. Es la económica ley de la caridad. Si yo les explicara el mecanismo del ángel...
Pereda
¡Hum! ¿Y si el poeta sólo trabajara por ambición?
¡Hum! ¿Y si el poeta sólo trabajara por ambición?
Adán
¿Ambición de qué?
¿Ambición de qué?
Pereda
Digamos ambición de gloria.
Digamos ambición de gloria.
Schultze
¿Usted escribiría, si en la tierra no quedara nadie para leerlo?
¿Usted escribiría, si en la tierra no quedara nadie para leerlo?
Adán
Vea, Schultze. Imagínese un rosal a punto de abrir una rosa en el instante preciso en que la trompeta del ángel anuncia el fin del mundo. ¿Se detendría el rosal?
Vea, Schultze. Imagínese un rosal a punto de abrir una rosa en el instante preciso en que la trompeta del ángel anuncia el fin del mundo. ¿Se detendría el rosal?
(de "Adán Buenosayres" Libro cuarto capítulo 1)
del muro de Laura
Ponce
Marechal consideraba con criterio aristotélico que todos los géneros literarios son parcelas de la poesía. El teatro debe ser poesía dramática (!!)
ResponderEliminar¡Qué bueno!
ResponderEliminarPuedo dar fe que sucede lo mismo en las artes plásticas, la inspiración llega pero al realizar la primer marca, la mancha inicial se toma un camino que ya no es similar a la inspiración y ese camino será único pero también caótico.
Buen rescate de esa hermosa página, tan hermosa como el Adán Buenosayres en su totalidad.
Saludos!
Gracias. Muy bueno
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